Se nace, se vive y se muere. No se por qué dicen por ahí que la muerte no perdona, no perdona que, no se.
Me gustaría que todas las personas del mundo fuéramos enseñadas desde nuestro nacimiento a que este suceso llegará algún día a nuestras vidas, sin avisar muchas veces, y a vivir al máximo de la mejor manera posible para alcanzar la paz interior, para mí, indispensable para desarrollarnos como humanos útiles a la sociedad y a nuestro prójimo.
Pero sucede que las creencias sobre la muerte y la vida después de la muerte son diferentes en muchos países. Por ejemplo los Hindúes la ven como motivo de alegría porque ellos creen en la reencarnación y piensan que el karma (bueno o malo) depende del comportamiento de cada ser humano. No se permite llorar en los funerales, porque piensan que esto obstaculiza el paso del alma a otro cuerpo. En que la próxima vida será agradable o desagradable según su existencia anterior.
En occidente todo depende de las religiones. Por ejemplo la católica cree en la resurrección de los muertos, y que el alma va al encuentro con Dios cuando el cuerpo muere. También depende de la manera en que vivió. Las personas lloran a sus muertos y se les dificulta hacer la transición del desapego.
Los Judíos y los Musulmanes creen que cuando morimos tendremos una vida de eterna felicidad junto a Dios.
Los materialistas y los ateos creen que todo termina cuando morimos, para ellos allí se termina todo.
En síntesis, creo que cuando entendamos que algún día nos vamos a morir, unos primero que otros, seremos mejores personas viviendo cada día en amor y armonía con los seres humanos a nuestro alrededor y sirviendo con nuestros dones a la humanidad.
Namasté!